Si quieres aprender a usar las especias, lo primero que debes hacer es perder el miedo a lo desconocido.
Te vas a encontrar con sabores completamente distintos a los que estás habituado, te lo garantizo, y algunos platos te sabrán buenísimos y otros les hará asco hasta tu perro, pero ¡no hay que tener miedo!, ¿tu sabes lo gratificante que es inventar algo y que esté buenísimo?. Es lo bueno que tienen las especias, que aportan unos sabores tan peculiares a las comidas que ninguna parece la misma con sólo cambiar la combinación de especias que uses. Es grandioso el poder que tienen.
Piénsalo un poco, ¿te comerías unos caracoles solo cociéndolos en agua y sal? realmente están buenos por las especias que llevan, el caracol en sí no debe saber a nada, aunque no los he probado de esta manera, pero me atrevo a hacer la afirmación por simple intuición. De hecho, estoy segura de que la receta de caracoles se creó para hacerlos apetitosos, porque a simple vista la verdad es que mucho no lo son.
Y como este ejemplo muchos más, ¿sabías que el adobo se creó para hacer durar más los alimentos? también para quitarles el mal olor, en algunas carnicerías lo siguen haciendo… por eso está claro que lo mejor es comprar la carne fresca y aliñarla en casa y a tu manera. Para adobos, pinchitos morunos, kebabs o lo que sea.
Sólo debes dejar volar tu imaginación y tener un poco de noción sobre como usarlas (para eso tienes nuestras recomendaciones en post anteriores – cómo combinan – y – cómo usarlas -) y probar y probar. Primero usarlas en pequeñas cantidades, y a medida que nos vayamos familiarizando con los sabores ir incorporando cada vez más.
Ni a mi me gustaba cocinar y mucho menos sabia que existían más de 10, pero ahora que las conozco y las uso, os afirmo que ha sido un gran descubrimiento para mí el meterme en este mundo y quería compartirlo con todos vosotros.
Así que ánimo ¡y a inventar!.
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